miércoles, 17 de julio de 2013

Te dije adiós

Te dije adiós, pero era mentira.  Te dije adiós, porque no sabía que otra cosa podía decir sin mirarte a los ojos.

Te dije adiós, cuando en realidad lo que quería decir era “quédate un rato más. No te vayas todavía, es demasiado pronto para una despedida”. Te dije adiós, sin saber que era la última vez que veía tu sonrisa despeinada. Tus manos frías. Mi coño caliente.

Te dije adiós, porque era lo que tenía que hacer. Porque tenía otras cosas que hacer. Porque me lo pedían tus labios.

Te dije adiós de la mejor forma que se puede decir esa palabra sin que suene a despedida: en forma de beso.