miércoles, 26 de junio de 2013

Sácame a bailar

Sácame a bailar, cariño,
pero no de la mano, sino de los miedos.
Y ten mucho cuidado,
que tengo los pies llenos de heridas
de todas las veces que me he tropezado contigo.
Sin querer. O no.

Porque quién no va a querer tropezarse
en esa sonrisa que invita a la muerte
                                                      (en vida).

Por no tenerla, digo.

Sácame a bailar y písame,
que quién sabe,
a lo mejor así se les olvida a mis pies
las heridas que tengo en el corazón. 




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